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De Bologna a Ferrara en bici

Ir de Bolonia a Ferrara en bicicleta fue mi primer recorrido largo desde que tengo bicicleta aquí en Italia. Siempre me gustó la bicicleta. Cuando vivía en São Paulo (Brasil) iba incluyendo la bicicleta en mi día a día para trayectos de hasta 5 km, cuando era posible, y salìa con grupos de ciclismo. Mi único intento en esa época de hacer trayectos más largos fue en un descenso a Santos, vía ruta Marcia Prado; es un camino que bordea Serra do Mar, con paisajes deslumbrantes pero que acabó con el robo de mi bici y de otras tres. Mi bicicleta fue la única recuperada por la policía pero la experiencia de tener un arma apuntándome fue algo que me marcó. Después de eso nunca pensé en hacer otro viaje en bicicleta.

Ese y algunos otros episodios de violencia que pasé cuando vivía en Brasil fueron decisivos para mi decisión de mudarme a Italia en 2018. Vivo en Bologna desde finales de 2019. Con el reciente bonus del gobierno, hasta el 60% de descuento para la compra de bicicletas, para incentivar la economía y el transporte alternativo después de COVID-19, decidí aprovechar de la oportunidad y comprar una bicicleta aquí en Italia. Y fue la mejor inversión que hice, no sólo para mi salud sino sobre todo para vivir nuevas experiencias.

En este artículo voy a contar mi primera experiencia en un trayecto más largo, de 74 km de Bologna hasta la ciudad de Ferrara. No sé si eso ya se puede considerar un viaje ya que después de todo volví a casa al final del día, pero seguro que es parte de mi entrenamiento para realizar un viaje más largo. Siga la lectura para saber más sobre mi viaje de Bologna a Ferrara en bicicleta.

Ficha técnica – Bologna a Ferrara en bicicleta
Distancia: 74km
Duración: 5h 24 (13.7km/h)
Elevación: 139m

 Sobre Bologna y Emilia-Romagna

   

Para los que no lo conocen, Bologna está en Emilia-Romagna, un poco al sur de Milán y al norte de Roma. Esta región limita con la famosa y ultra turística Toscana y es conocida por la producción de alimentos y automóviles de alta calidad. Ferrari, Lamborghini, Maserati, Ducati, Barilla, Parmigiano Reggiano, Lambrusco… Estos son sólo algunos nombres que usted debe haber oído y que se producen aquí en esta región.

La industria está generalmente más concentrada en las ciudades de Parma, Módena y Bologna. La Emilia-Romagna es una de las regiones más ricas de Italia no sólo en renta per cápita, sino también en términos gastronómicos. El vinagre balsámico se fabrica exclusivamente en las ciudades de Módena y Reggio Emilia. El queso Parmigiano Reggiano se produce en las ciudades de Reggio Emilia, Parma, Módena y Bolonia, mientras que el Grana Padano se produce también en el resto de la región de Emilia-Romagna. No podríamos olvidar, por supuesto, el jamón de Parma y los vinos como el Sangiovese, el Lambrusco y el Trebbiano, por nombrar algunos.

Encontrar este tipo de alimento a km 0 hace que todo sea mucho más accesible y puedo decir que aquí se come mucho, pero muy bien, gastando poco. En los bares existe el hábito de hacer el aperitivo o happy hour con una tabla de fiambres y un pan que se llama ‘tigella’, un mini pan que acompaña al delicioso ‘Tagliere’. No me extraña que Bologna también sea conocida como «La Grassa» que significa «La Gorda».

    

Italia, Bologna y las bicicletas

Bologna es una ciudad que por sí sola ya ofrece mucho al ciclista, principalmente desde la perspectiva de alguien que creció en São Paulo. Es notable la cantidad de ciclovías, de ciclistas y el esfuerzo en promover el uso de la bicicleta. Existen varios trayectos adecuados para un paseo en bicicleta saliendo de la ciudad en pocos kilómetros. Hay una ciclovía en forma de anillo alrededor de Bologna y muchas vías ciclables más pequeñas que se conectan a ella (llamada ‘Tangenziale’).

 

La infraestructura de ciclovías es ya bastante extensa y está en expansión. Además los coches respetan mucho al ciclista cuando tenemos que dividir el mismo espacio en la calle, manteniendo siempre una distancia segura al menos dentro de las ciudades. Vea aquí algunos mapas de las principales ciclovías de Bolonia.

En los caminos más grandes ya no puedo decir lo mismo. Yo diría que es altamente desaconsejable intentar caminar por carreteras más grandes y más veloces usando una bicicleta. De hecho, aquí está prohibido pedalar en el lado de las carreteras rápidas (autopistas), por eso los conductores pueden pensar que el ciclista se equivoca aunque el estè siguiendo una pequeña carretera con velocidad máxima baja.

De hecho hay muchas rutas dedicadas sólo a las bicicletas que podemos utilizar o carreteras secundarias poco traficadas sin tener que correr el riesgo de dividir el espacio con los automóviles y camiones en las carreteras más grandes.

Investigué y encontré rápidamente algunos trayectos GPS que conectaban Bologna a Ferrara en bicicleta. Y desde aquì empezó la preparación para el viaje.

    

La preparación para el viaje

Voy a hablar principalmente de lo que debería haber hecho. El viernes encontré un sitio que describía el trayecto y ofrecía la ruta GPS. El sábado por la mañana ya estaba en la carretera! La verdad es que, pensé que los 74km serían iguales a un paseo en el parque pero en realidad la planificación fue casi inexistente.

Checklists para organizar el viaje en bici

Entonces, después de las lecciones aprendidas, dejo aquí algunos consejos a seguir en el futuro en forma de Checklist: 

  • Tomar una gorra (o mejor un casco que también proteja del sol).
  • Tomar protector solar (no sólo para pasarlo antes, pero tomarlo para volver a aplicarlo durante el viaje. No se olvide de pasarlo por las orejas.
  • Planificar algunas paradas para abastecerse de agua. Una botellita no es suficiente y puede ser que usted no encuentre algún lugar con agua por muchos kilómetros.
  • Tomar más de 2 plátanos para alimentarse.
  • Estudiar bien el trayecto antes. En caso de ver que tiene algún tramo que pasa por autopista grande busque caminos alternativos.
  • Estar listo para perderse. Listo para el suministro de agua y energía. Físicamente listo para hacer frente al esfuerzo extra y psicológicamente para no desesperarse. Perderse es parte del viaje.
  • Salir lo antes posible principalmente en verano. El tiempo será menos caliente y los caminos más vacíos. Si usted es miope ir de lente de contacto o llevar gafas de sol con grado.

Lo que hice y que considero correcto y que también aconsejo que hagan:

  • Utilice guantes, no sólo porque con el sudor las manos comienzan a resbalar sino también porque el sol destruye tus manos. Si usted no quiere tener una mano de señora de 70 años, utilize guantes.
  • Duerma bien el día anterior.
  • Aliméntese bien antes del viaje.
  • Lleve un kit de primeros auxilios para la bicicleta y para usted. Desinfectante tipo Merthiolate, una cámara de neumático nueva, herramientas, una navaja… Cosas que pueden ser útiles y no toman mucho espacio.
  • Gafas oscuras.
  • No te rindas en el primer imprevisto a mitad de camino. Tranquilícese, respire y busque una solución o una alternativa.
  • Sea amable con los demás.
  • Aproveche cada momento del viaje.

El viaje Bologna-Ferrara

El comienzo desde Bologna es muy tranquilo. Después de pasar por el centro de la ciudad, usted comenzará el trayecto desde un parque – Parco di Villa Angeletti – que está detrás de la estación de tren. El camino de piedras / tierra sigue la mayor parte del tiempo al lado de un rìo llamado ‘Canale Navile’.

He encontrado mucha gente en este camino a pie o en bicicleta. Estaba un poco insegura de cómo mi bicicleta híbrida se iba a comportar en ese tipo de terreno pero todo salió súper bien.

Después de un largo tramo, usted debe estar atento a una bifurcación que sube hasta un camino de asfalto en Via Giuseppe Di Vittorio. A partir de ahí otro tramo bastante tranquilo en ciclovía asfaltada pasando por Castel Maggiore hasta llegar a mi primera carretera y a mi primer susto. Mi ciclovía se acabó y empecé a andar entre los coches en la carretera. Algunos pasaron muy cerca, bastante asustador, incluso unos camiónes y oí algunas bocinazos, hasta que una santa pareja paró y me avisó que la ciclovia estaba al otro lado de la carretera (no podía verla porque estaba un poco bajo el suelo y no tenía señalización).

Crucé la carretera y volví por la ciclovía llegando en San Giorgio di Piano. (Después fui a comprobar en el mapa y realmente tiene un buen tramo de esa carretera que no tiene ciclovía, esta aparece después más adelante). Un pequeño pueblo agradable, lleno de bares y restaurantes. Aquí debería haberme abastecido de agua y comido algo, pero aún estaba llena de energía, sólo había hecho cerca de 23 kilómetros.

Seguí 2 km más por Bentivoglio y el mapa GPS me indicó que siguiera otra vez por una carretera, sin carril bici! Me detuve en una sombra y pensé: «No es posible, voy a estar llevando bocina o a sufrir un accidente en ese viaje». Pensé en renunciar en ese momento, 25 km ya era un buen paseo. Llamé a Anna que accedió a otro mapa GPS que indicó una ruta alternativa por carretera no asfaltada pero de tierra por la vía Argine Navile. Volví un poco atràs para hacer ese trayecto que fue agradable, recorriendo varios campos agrícolas de diversos tipos de plantaciones. El único tráfico eran los tractores y otros ciclistas. Pasé también dentro de un parque forestal con bosque bien cerrado con una agradecida sombra muy utìl para refrescar la aridez. En ese momento mi agua había terminado y no habìa lugares para abastecerme.

 Fue sólo en el km 40 que encontré un bar. Paré por unos 10 min para beber agua, revisar el mapa con calma y quedarme un poco en la sombra. El sol estaba muy fuerte. Me comí el otro plátano (el segundo que llevè conmigo). Pensé que era suficiente para el resto del camino y ok 30 km me parecían muy poco ahora.

Seguimos adelante. El siguiente tramo fue muy agradable también en medio de un parque, con ciclovía de piedritas, pero de nuevo se acabò en una carretera. Paré otra vez, miré el mapa, buscando algún camino paralelo… Parecía sólo un pequeño tramo de carretera en el mapa hasta volver a una carretera de tierra y en ese momento pasó otro ciclista en la carretera. Pensé: «Voy a seguirlo, puede ser más seguro andar en grupo». Y realmente, fue mucho más tranquilo estar en la carretera en grupo, los coches respetan más. El problema es que me despisté y pasé del punto donde tenía que girar a la carretera rural. No hay problema, dejé el compañero en bici y salì a la siguiente salida que también era un camino tranquilo con pocos coches.

A partir de ahí encontré largas carreteras rurales con pocos coches hasta llegar a Ferrara. En los últimos kilómetros me he sentido sin energía y he bajado un poco el ritmo. En el camino encontré también una serpiente en la acera, vi de lejos y como soy miope y estaba sin gafas, pensé que era una paloma atropellada, me dio un susto y nada más.

Ferrara y el regreso a Bologna

Ferrara es una ciudad muy acogedora para los ciclistas y, para los que no lo saben, se conoce como «Città italiana delle biciclette» o la ciudad italiana de las bicicletas. Gran parte de la población de Ferrara utiliza la bicicleta como medio de transporte principal a un nivel similar al de Copenhague. La llegada fue muy tranquila, con carriles bici y coches muy respetuosos. No llegué exactamente en un buen horario para los restaurantes italianos (que suelen cerrar un poco después de las 14:00), pero, después de un giro rápido en el centro, encontré un gran bar con cerveza y hamburgesas. Me recargué y fui a la estación a coger el tren de regreso a Bologna.

Es interesante mencionar que aquí se pueden transportar bicicletas en los trenes en el primero y en el último vagón. Usted necesita comprar un ‘biglietto’ para la bicicleta, una ticket de alrededor de 3.50 Eur. Si es una Bici plegable no necesita pagar ningún extra y sólo entrar con ella doblada en el tren.

En 30 minutos llegué de vuelta a Bologna e hice el pedaleo final hasta mi casa. Tomé un buen baño y dormí profundamente.

Conclusiones

Viajar en bicicleta es una experiencia increíble que te hace ver y conocer cosas que nunca harías en coche. Es un momento de conexión con uno mismo y con la naturaleza, y permite disminuir el ritmo y mirar las cosas desde otra perspectiva.

Italia es un país bellísimo y ofrece paisajes increíbles. Para hacerlo de forma segura considero importante que tengamos cada vez más espacios exclusivos para bicicletas.

El único momento desagradable y tal vez incluso peligroso del viaje fue tener que compartir espacio con los coches en las carreteras. Sin duda haría de nuevo ese recorrido de Bologna a Ferrara en bicicleta pero esta vez iría en grupo, para así poder enfrentar las carreteras, si necesario, con más seguridad y tener más cabezas para mirar el GPS / Maps y encontrar caminos y rutas alternativas siempre que sea posible.

Planeo regresar a Ferrara pronto, pero esta vez planeo llegar allí con la bicicleta en el tren y así tener energía para hacer algunos recorridos alrededor de la ciudad que parece tener bastante que ofrecer a los ciclistas.

Pronto escribiré más sobre eso.. Espero que hayan disfrutado de este relato. Si también les gusta pedalear y quieren compartir experiencias pueden dejar un comentario aquí en el post. Hasta pronto!

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